Esta mañana he visto un enorme crucero atracado en la terminal de cruceros del Puerto de Sevilla, a tan sólo unos metros del Parque de Mª Luisa, porque Sevilla tiene el privilegio de tener el muelle en el que atracan los cruceros en el centro de la ciudad, a un paseo de la Torre del Oro. He intentando encontrar alguna noticia a cerca del barco en cuestión, para poder obtener más información, pero lo que he encontrado ha sido esta noticia de hace un mes, en la que se anuncia la llegada de 12 grandes cruceros al puerto de Sevilla entre los meses de septiembre y noviembre, así que he concluido que sería uno de los barcos previstos. Esta noticia menciona que ya en el mes de junio Sevilla había alcanzado los 1300 cruceristas y que se tenía previsto cerrar para este año 2022 más de 40 escalas.
La visión de este descomunal barco me ha hecho reflexionar a cerca de determinados aspectos ligados a la sostenibilidad de Sevilla como destino turístico. Se trata de aspectos tales como el número de pasajeros que portaría, la cantidad de emisiones de CO2 que habrá dejado a su paso por la subida desde Sanlúcar de Barrameda atravesando el Parque Nacional de Doñana, también sobre las emisiones que dejará en nuestra ciudad durante los días de atraque. Además me ha hecho preguntarme cuántos de esos pasajeros saldrían a visitar la ciudad, qué medio de transporte utilizarían para su visita, qué lugares visitarían, cuánto dinero gastarían y en qué negocios de Sevilla. Me he interrogado a mí misma a cerca de si se conocerían esos datos, si se habrán tenido en cuenta en el momento de cerrar estas escalas en Sevilla, si se habrán hecho números para saber cómo de rentable resulta este tipo de turismo para nuestra ciudad y cómo de sostenible, pues para algo existe el “business intelligence”.
En una era en la que expresiones tales como “sosteniblilidad” y “compensación de emisiones” llenan la boca de todo el mundo y no faltan en ningún discurso, otra cuestión a cerca de la que me he preguntado a mí misma es si en algún momento estas navieras están compensando de algún modo sus emisiones, al menos aquí en Sevilla.
Al respecto de las inquietudes de Sevilla en materia de sostenibilidad turística he encontrado este otro artículo que resalta que Sevilla ha aprobado con nota en sostenibilidad turística. De la lectura del mismo no me queda claro cuáles son los indicadores analizados, excepto CO2 procedente del aéreo, Mastercard y redes sociales. Se hace referencia como solución para un turismo más sostenible al segmento premium, en mi opinión algo muy abstracto y subjetivo que depende del concepto que al respecto tenga cada cual.
Lo cierto y verdad es que no sabemos si se sabe si el tipo de turismo que nos aporta el segmento de cruceros es sostenible o no para una ciudad como Sevilla, que no olvidemos que tiene entorno a 700,000 habitantes, que no contamos con datos al respecto o al menos éstos no son públicos. Aunque pensando y pensando, quizás pueda llegar a la conclusión de que el turismo de cruceros están considerado como “premium”….¿quién sabe?
Sin embargo, podría existir un interés superior en este tipo de turismo, en tal caso sería deseable y más que posible, estudiar la posibilidad de trabajar para hacer que estos magníficos cruceros que hacen escala en Sevilla, resulten sostenibles.
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